miércoles, 15 de octubre de 2008

La cueva (historia del concurso)


Mi vida era muy normal, trabajo y descanso. No me gustaba mucho, pero a cada uno le toca una vida distinta y yo he tenido esa mala suerte. Una noche me escapé del hormiguero a ver que se encontraba fuera. Había muchas plantas y animales. Al andar me encontré con una libélula enorme, me asusté, pero comprendí que era muy simpática y agradable.

-Hola, me llamo Raquel, ¿Qué haces por aquí a estas horas? Es peligroso.

-Bueno...

No pude acabar de contestar, la tierra empezó a temblar, como si algún gran animal se acercara a nosotras.

-¡Corre !- me dijo Raquel

Yo no comprendía que pasaba, pero empecé a correr, todo estaba muy oscuro, no veía nada y tropecé, empecé a dar vueltas y vueltas, hasta que me caí en una especie de cueva preciosa.

Mire a los lados a ver como era y era bastante bonita, tenía un lago en medio, y las rocas que estaban alrededor eran deslumbrantes. Si te acercabas al lago y asomabas la cabeza mirando hacia arriba, se veía la luna. No la había visto nunca, pero me habían hablado de ella, solo se que sale de noche, brilla y es hermosa. No podía dejar de verla, la suave luz de la luna alumbraba la cueva. Vi un palo apoyado en la pared de la roca, lo cogí, lo acerqué al lago, me puse tumbado y remé hasta llegar al medio, no era muy grande pero cabía, también era finito por lo que podía moverlo sin problema. Me llevé mucho tiempo mirando a la luna hasta que escuché como alguien bajaba hasta la cueva, del susto me caí al agua, no sabía nadar me estaba ahogando, vi como una hormiga se tiraba al agua para salvarme, pero fue lo último que vi, una silueta bastante bella, ¿No dicen que cuando mueres, antes ves a la persona más importante en tu vida?

martes, 14 de octubre de 2008

Capitulo 2º: ¿Nos vamos a Tenerife?

Estuvimos casi toda la mañana hablando de eso y ellos me intentaban convencer, porque yo es que no me lo creía, tenía ganas de llegar a casa para contárselo a Daniel, mi novio, se pondría muy ilusionado.
-¡Qué! A Tenerife, como puede ser, estas serían las vacaciones de mi vida.-me dijo muy contento- pero, ¿Qué vamos ha hacer con Koqui?
Koqui era nuestro perro, ese nombre me lo inventé yo hace 4 años, es un perro de la raza coquer, es muy nervioso, juguetón y cariñoso.
-Pues lo dejaremos con- me quedé un rato pensando- ya lo se con ¡Sara o Paolo!
Primero llamamos a Paolo porque le gustaban muchos los animales y además se lleva bastante bien con koqui.
-Encantado, así le podré acabar de enseñar mi truco de dar la manita- dijo contentísimo Paolo. Más tarde llamamos al teléfono que ponía en la tarjeta de la señorita que me dio en el restaurante.
- ¡OH! Si ya me acuerdo, mire si lo habéis pensado bien tenéis que venir al centro y en la calle Sierpes habrá una agencia de viajes si no la encuentra por favor vuélveme a llamar.
Por la tarde comentamos que podíamos ir mañana:
-Ay que ir lo más antes posible para enterarnos de todos los detalles.
Como estaba muy nerviosa para tranquilizarme siempre llamo a Paolo y a Sara , mientras Daniel estaba en un pueblo de Sevilla, Pruna, para ver una casa y ver a un arquitecto muy famoso, Don Ángel Contreras, para estudiar unas técnicas de arquitectura, para ir de compras.
- Perfecto, quedamos en tu casa a dentro de un cuarto de hora- dijo Sara en una llamada triple, es decir, que por el teléfono hablamos tres personas juntas.
-Yo no puedo tengo que ir dentro de veinte minutos, porque, estoy haciendo una tarta para celebrar el cumpleaños de mi primo Antonio mañana vamos a quedar en su casa y no tenía otro regalo mejor. Así que me tenéis que esperar diez minutos…
-Vale Paolo, te esperaremos- dijimos Sara y yo a la vez porque es que a veces Paolo es muy pesado.
En ese cuarto de hora me puse a ver en Internet lo de viajes.com y vi un viaje a Tenerife muy completo con avión; hotel, incluido desayuno, merienda, almuerzo y cena. ¡Era estupendo! Pero no sabía cuanto costaba. Después sonó el teléfono, era Sara que venía con un modelo de ropa igual que el mío:
- ¡Te has traído el conjunto rosa que nos compramos juntas!- dije ilusionada.
-Y tú también, fue un día inolvidable, ¿Verdad?
Yo le enseñé lo que vi en Internet, ella me dijo que estaba muy bien, todo muy completo, pero que eso costaría mucho dinero.
-Es verdad, ¡Qué pena!- dije con cara mas o menos de asustada- Bueno no pasa nada, seguro que es mejor ir de viaje a cualquier, sitio que no ir a ninguno ¿verdad?
Entonces sonó el timbre de la puerta. ¡Ya estaba Paolo!
-¡Hola! Encantado de veros-dijo en plan bromista.

jueves, 9 de octubre de 2008

¿Nos vamos a Tenerife?

A mí me encanta imaginar, y inventar pequeñas historia. Pero son lo bastantes largos como para ponerlos en el blog de un tirón, por eso mi profesora de Lengua me aconsejó que lo escribiera en capítulos, y me pareció una buena idea, este es el primer capitulo de uno que hice llamado, ¿Nos vamos a Tenerife? pondré unos pocos capítulos que completarán este pequeño relato:

Capitulo 1:

El martes pasado estaba trabajando en un restaurante, pero hoy estoy tomando el sol en Tenerife. ¿Qué como puede ser? Os lo voy a contar. Todo empezó como todos los días:
-Cariño, llegas tarde.
Me decía mi novio todos los veranos por la mañana mientras se estaba cayendo de la cama porque yo le estaba empujando sin querer con los pies.
-¡Qué!- gritaba yo mientras veía el reloj, en el cual marcaban las 7:50, y eso que tenía que llegar a las ocho en punto.
Entonces yo me levantaba de la cama empujándome con los pies para poder ponerme las zapatillas, después me lavaba la cara, me cogía una manzana y:
- ¡Adiós! – decía mientras cerraba la puerta de un portazo.

-La próxima vez te echo- me decía mi jefe, al ver que llegaba tarde, aunque, nunca me echaba porque cuando llegaba me ponía las pilas y atendía a los clientes muy rápido, claro que con la ayuda de mis mejores amigos, Sara y Paolo, que eran otros dos camareros, pero muy puntuales. Paolo, es una muy buena persona, es amigo mío desde el instituto, un poco afeminado, pero sin insultar, es de gran ayuda, sobre todo cuando quedo con mi novio ¡Me hace unos peinados! Y también va de compras conmigo y con Sara. Sara es mi mejor amiga desde quinto de primaria, siempre hemos estado juntas, tiene el pelo muy rubio y brillante mas o menos como yo, los ojos claros y es una persona un poco pija, es decir, con modales, como yo, y es que a las dos nos encanta el rosa igual que a Paolo.
Bueno, cuando estaba atendiendo a una señora vi que tenía una revista que ponía viajes.com. Cuando terminó de desayunar se dejo el bolso, lo cogí y salí del restaurante corriendo haber si la veía, cuando la encontré vino corriendo y me agradeció mucho habérselo dado, por eso, fue cuando me dio su tarjeta de viajes.com y me dijo que me podría hacer una gran oferta a Tenerife. ¡No era emocionante!
Fui corriendo a por Sara y Paolo a contárselo:
-Ósea, ¡no me lo creo!- me dijo Paolo súper contento.
-¡Que cara! Me vas a tener que llevar-dijo Sara y se empezó a reír.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Sustantivos: Un sueño en la realidad

Estuve poco tiempo pensando en cómo hacer un poema, no estaba inspirada, me quedé dormida.
Al rato estaba sobre un camino, un camino precioso, Rodeado de flores y pájaros cantando. Me levanté y vi un armario al final del camino, seguí hacia delante para llegar a él, mientras miraba a lo que había alrededor veía un paisaje deslumbrante, por el olor y los campos con prados verdes pude notar que era primavera, sentía alegría, tenía ganas de darle un abrazo a todos y me sentía feliz. Al llegar, abrí las puertas del armario, estaba nerviosa, no sabía que se hallaba dentro de él. Cerré los ojos y al abrirlos me encontraba en una habitación llena de poemas, poesías y literatura. Me caí al suelo si entender el por qué, de nuevo cerré los ojos y allí desperté, en mi habitación, tal y cómo estaba cuando me dormí, pero ese sueño que tuve, no era un sueño, era la realidad.

Escrito por Ángela Contreras.